viernes, 22 de febrero de 2013

2. VALORES MORALES EL PERÚ

2. VALORES MORALES EL PERÚ
“Todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo
 y los buenos de burla” Demócrates.

En el año 2007 motivados por el Dr. Carlos Quispez Armijo, docente de la Escuela de postgrado de la UDH, escribimos artículos interesantes sobre temas educativos y logramos elaborar un libro cuyo título es “Ensayos en Educación Superior en la provincia de Leoncio Prado”. Es inédito, nunca fue publicado ni leído por las autoridades universitarias. Este fin de semana buscando en mis archivos material para seguir compartiendo mis inquietudes con los lectores de este prestigioso medio de comunicación, encontré este reflexión, de mi autoría, que no pierde vigencia a pesar de los años (se parece a la publicidad de la tela polystel):

La corrupción desenfrenada en las altas esferas políticas, desde el Fujimontesinismo, Toledismo, Alanismo y recientemente Ollantismo, por la secuencia histórica de los “faneones” y “porque la plata viene sola”, desde hace 30 años es un mal ejemplo que influye en el deterioro de los valores en la sociedad, así tenemos el ascenso de la criminalidad, violencia juvenil, las  barras bravas, terrorismo, narcotráfico y drogadicción, protestas violentas con atropello de los derechos ciudadanos, proclividad a la anarquía, impunidad, “coimisiones” en la ejecución de obras y programas sociales, etc. Son signos evidentes de la pérdida de valores en el país.

Son manifestaciones preocupantes en el comportamiento de la juventud y otros segmentos de la población peruana, que se configura en el imaginario colectivo como una aguda crisis de valores.  No es difícil observar ciertas manifestaciones preocupantes en el comportamiento social de los peruanos, particularmente en las grandes ciudades como Lima.  Por ejemplo:

La solidaridad es un valor venido a menos en nuestro país; pues, diariamente ocurren asaltos, agresiones de los delincuentes a personas indefensas para arrebatar sus pertenencias, y esto ocurre a vista y paciencia de observadores que muestran total indolencia.
La práctica de los valores ciudadanos fundamentales como: la honestidad, la tolerancia y la responsabilidad están declinando de manera alarmante, dando origen a conductas sociales reprobables como: la corrupción, la agresividad y el atropello del orden social establecido.
El respeto a los derechos humanos ha decaído, una de cuyas manifestaciones es, por ejemplo, considerar que la causa de quien protesta es lo único que vale, aunque para ello se tenga que atropellar los derechos y las libertades de los demás, y negar a la autoridad legítimamente constituida el derecho a gobernar (últimos sucesos de Puno).
Según Rizo Patrón (1988) son ejemplos supremos de la crisis de valores los siguientes:

La pérdida del sentido del valor de la vida humana, es decir la muerte se ha convertido en un hecho cotidiano, para algunos necesario e inevitable, lo que se expresa en la indiferencia y la curiosidad morbosa que despierta la misma.

La pérdida del sentido del valor de una vida humanamente digna. Vivimos en una sociedad donde un sector significativo de la población sobrevive en condiciones infrahumanas y eso ya no sensibiliza ni afecta a las personas, las asumimos como normales, lo mismo puede decirse respecto al desprecio de grupos étnicos con valores culturales distintos.

Ausencia de una recta comprensión del concepto de libertad, el concepto de libertad a oscilado a lo largo de la historia desde el individualismo hasta una idea colectiva de la misma, en ambos casos se desfigura la naturaleza humana y sus posibilidades de realización.
Inhibición de nuestra realidad social, ya no nos importa hacia dónde nos dirigimos como sociedad, existen instituciones en defensa de la vida y de los derechos mínimos vitales del hombre, pero en un esquema general no se trabaja para tener una meta orientada al desarrollo humano del hombre, es como si a un individuo sólo se le curase de sus males y heridas pero no se le hace crecer, ni desarrollar, ni impulsar, ni acrecentar.

Lo cierto es que la crisis de valores no es independiente ni de nuestra historia ni de nuestra realidad tal cual vivimos actualmente, es decir la violencia estructural que recorre nuestra historia, la falta de democracia y de instituciones sólidas son la base de donde emergen las distintas manifestaciones de la crisis.

La crisis de valores no emerge del individuo aislado que un día rompe sus esquemas de valores y se orienta hacia los disvalores, sino son las propias condiciones sociales las que propician determinados valores en detrimento de otros y son ellas las que desvalorizan las posibilidades de una vida digna para el conjunto de las personas.

Los Valores en Tingo María.
El contexto social en donde se desenvuelve la población de Tingo María es el de descontento en la zona rural por la escasa presencia del Estado a través de apoyo al sector agrario, para impulsar cultivos rentables como el cacao y el café, lo que los ha inducido al cultivo de la coca, que ha originado la presencia del narcotráfico y el terrorismo.

Esta situación ha trastocado la práctica de valores por considerar prioritario y válido la obtención de riqueza sin importar el perjuicio social ni ecológico que significan las actividades ilícitas, que ponen en duda la calidad moral del ciudadano tingalés cuando viaja a otras ciudades. Porque nos tildan de narcos, lavadores de dinero, mafiosos y/o terroristas, ya que los medios de comunicación difunden este accionar delictivo que se presenta casi a diario. De esta forma la migración de muchas familias de la sierra de Huánuco y Ancash obedecen al cultivo de la coca.

Según Capella (1988), “la influencia de los valores y la sociedad es mutua y las crisis, surgen cuando una sociedad comienza a vivir un proceso de transformación, donde los antiguos valores son cuestionados y sucumben ante el avance de los nuevos, o bien en otro caso nace un estado de confusión en que las personas pierden los antiguos valores pero no absorben los nuevos”.

Los efectos que se observan en la ciudad están en la proliferación de fiestas, discotecas y bares. Lugares en donde se gasta el dinero mal habido del narcotráfico. Así como la compra de vehículos y artefactos para ostentar riqueza, pero que en los lugares donde viven carecen de los servicios básicos como son agua, desagüe luz, vivienda decorosa, etc.

La falsa economía del narcotráfico, ha influenciado en nuestra ciudad, siendo normal realizar fiestas de promoción en discotecas desde el nivel inicial hasta el nivel superior, que termina con el consumo de licor.

Ante esta situación conviene resaltar que los valores se aprenden, en primer lugar, en la familia en que se produce la educación y como tal, establece el enlace entre los aspectos afectivo y cognoscitivo, y asegura la transmisión de los valores y las normas. En el sistema educativo se adquieren los conocimientos y valores por aprendizaje e imitación que van formando la personalidad del alumno. ¿Cuál es nuestra calidad moral? Cada persona tiene la respuesta.

Bibliografía:
1.       BARRANTES, Emilio (1999). Ensayos sobre Educación Peruana. URP.  Lima.
2.       CAPELLA RIERA, Jorge (1988). Apuntes de Educación. PUCP. Lima.
3.       RIZO-PATRÓN DE LERNER, Rosemary (1988).  Violencia y Crisis de Valores en el Perú. PUCP. Lima.
4.       SILICEO, Alfonso y otros. Liderazgo el don del servicio. Editorial Mc Graw Hill. México.

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